Lengua, patrimonio e identidad, ante los megaproyectos

Dr. Fidencio Briceño Chel, al hablar de la situación de los pueblos originarios ante políticas públicas ajenas a su desarrollo

«Si bien el mercado como resultado del fenómeno mundial ha hecho que el valor comercial de una manifestación cultural sea lo que determine su conservación sobre el valor social, es necesario que las políticas para preservar y difundir el patrimonio cultural inmaterial vayan más allá del primer paso: su registro, para darle un justo valor como detonador de la cohesión social de una comunidad. No se trata solo del resguardo de este patrimonio vivo, contextualizado en realidades sociales específicas y su aislamiento en tiempos de globalización, sino de generar las sinergias y espacios en los cuales se pueda seguir impulsando y difundiendo este patrimonio asociado a usos sociales, y que garantiza el derecho a las diferencias. Sigue leyendo

Investigador en temas mayas, acerca sus obras a su comunidad

Un investigador atento a regresar los productos de su trabajo a esa comunidad que lo forjó.

Un investigador atento a regresar los productos de su trabajo a esa comunidad que lo forjó.

A partir de hoy, como parte de las actividades para celebrar los 30 años de trabajo con la comunidad maya del Dr. Fidencio Briceño Chel– destacado investigador yucateco de origen maya-, la Secretaría de la Cultura y las  Artes del Estado de Yucatán (SEDECULTA), pone a disposición al público en general los resultados de su investigación.
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En Mérida es donde se habla más la lengua maya

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La lengua maya se aprende escuchando y hablándola, y con su práctica el hablante va autocorrigiendo su pronunciación, porque quien la habla busca comunicarse con otros, afirmó Armando Jesús Cauich Muñoz, maestro de educación indígena en la conferencia “La nueva era de los pueblos mayas”, dentro de las actividades del 31º. aniversario de la radiodifusora XEPET La voz de los mayas.

Los niños mayas, al nacer, escuchan cómo hablan sus padres. Al principio imitan sonidos, aunque las palabras no las pronuncien bien. Sus progenitores los acompañan en este proceso de autoaprendizaje. Después del año comienzan a señalar a los animales que están a su alrededor, aunque no los llamen por su nombre, pues para referirse a ellos imitan los sonidos onomatopéyicos, y después de un tiempo irán asociando los nombres, sus usos y su relación con los demás, agregó Cauich Muñoz.

Solo en la enseñanza del español he visto cómo los maestros corrigen a sus alumnos al hablar; en la lengua maya es muy raro, casi no se da. Buscamos darnos a entender. La corrección con la escritura para que se lea bien – uti’al u jéets’el u ts’íibta’al yo’lal u xo’okol–. Por otra parte, cuando se analiza la escritura de la lengua maya, los especialistas lo hacen en español, no en maya, y en ocasiones sólo observan el aspecto gramatical y no le toman importancia al aspecto comunicativo.

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En la sala «Cecilio Chi» de la radiodifusora XEPET, Wildernain Villegas Carrillo, premio Netzahualcóyotl y maestro de la Universidad Intercultural de Quintana Roo, remarcó “K’a’anan kanik le ba’ax ku tsíikbatik noolo’obo’ tumen ken xu’uluk je’ela’, leti’ ken sa’atak k t’aan –es de importancia que aprendamos los saberes de los abuelos, porque cuando estos se acaben, será cuando nuestra lengua desaparezca.

El ponente al compartir sus conocimientos en lengua maya “ le ken kan lej t’aano’oba’ k’aanan chukan k-óol (cuando aprendamos la lengua es necesario todo nuestro compromiso), tumen le ba’al ma’ k-yabilmaje’ ku sa’atal (porque las cosas que no amamos se pierden).

Teene’ in yabilmaj tumen ka’ansab teen men in nool (yo lo amo, porque me lo enseño mi abuelo), ti’ túun ku káajal k-yabila’ yéetel k-puksik’al (es ahí entonces donde comienza nuestro aprecio con el corazón).

To’one’ kanik le maaya yéetel che’ej, ki’imak óolal yéetel balo’ob jats’uttak (nosotros aprendemos la lengua maya, con métodos donde nos reímos y con cosas maravillosas).

De tal forma que el aprendizaje ocurre, yaan u bo’olil (hay su recompensa), sánsamal – se realiza de forma cotidiana- , y se va reforzando con pláticas de los saberes que al final va matizando estos conocimientos que va permitiendo que el individuo vaya construyendo su realidad.

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Wildernain Villegas aderezó su plática con un canto dedicado a Yuum Cháak –dios de la lluvia-, escrita por él, mismo que lo compuso a su hija y con ello mostró cómo se conceptualiza la relación del agua con los dioses y estos con los alimentos.

Fidencio Briceño Chel, lingüista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), reconoció que en la actualidad los niños y los jóvenes están dejando de practicar la lengua maya, y señaló que si continúa esta tendencia, en 30 años habrá serios problemas con la reproducción de esta lengua. El problema, afirmó, es que no se le ha dado la importancia necesaria en cuanto a la implementación de políticas públicas, como la lingüística, planeación y la aplicada.

“Los que participan en todo el proceso de la enseñanza o la reproducción del idioma, tengan en cuenta cómo se adquiere y se aprende esta lengua, y señaló que tan solo en la Península de Yucatán se habla en 120 municipios, 4,196 localidades, y la ciudad donde más se habla es en la ciudad de Mérida, recalcó el investigador.

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 La lengua maya es la más hablada en todo el territorio nacional; Ko’onex tumbenkuntik le maaya’, chen ba’ale’ mu tu’ubul to’on u mots yéetel u óolil le t’aana’ (vamos a modernizar el uso de la lengua, sólo que no se nos olvide las raíces y la filosofía que conlleva cada uno de sus conceptos).

Los que hablamos maya no permitamos que nos hagan sentir vergüenza por el hecho de que nos digan que no sabemos hablarla, escribirla y leerla  por quienes dicen conocerlas. Ellos no han tenido esas vivencias que tenemos con nuestra cultura. No basta con pronunciarla sino en cada una de sus frases va implícito la forma en cómo vemos el mundo y que es lo que queremos comunicar, resaltó por su lado el comunicólogo indígena Bernardo Caamal Itzá, ingeniero agrónomo, mejor conocido como AruxDuende

Como mayahablantes no permitamos que nos traten de nuevos, de que no hablamos el jach maya y que menos lo conocemos, aseveró.

Podemos ver cómo nuestros ancianos sacerdotes y sus documentos históricos fueron destruidos por los frailes desde los primeros años de la Conquista y luego reescribieron nuestra historia incluso cómo se escribe nuestro idioma a partir de su alfabeto, lo cual donde conlleva una intencionalidad, y fue en este tiempo en Okla’ab k-t’aan (nos robaron la palabra). De esta fecha hasta nuestros días nos han hecho ver que somos extranjeros en la práctica de nuestra cultura, enfatizó Caamal Itzá.

Hay que evitar que nos roben de nuevo nuestra palabra y en las actuales circunstancias debemos recurrir a los nuestros –et pachil- tales como son los maestros Fidencio, Wildernain y Jesús; ellos nos proponen que para recuperar nuestro idioma se requiere la conciencia, corazón y conocimiento, y que de tal forma con éstos elementos podamos incidir en el desarrollo y la reproducción del idioma, lo que dará luz y esperanza a las nuevas generaciones de jóvenes, concluyó Bernardo.